sábado, diciembre 22, 2007

VIDA E INSÓLITAS AVENTURAS DEL SOLDADO IVÁN CHONKIN

VLADÍMIR VOINÓVICH

Sin happy end hollywodiano

En el universo de la literatura irónica rusa reaparece ahora, ya fue traducido e impreso por la editorial Noguer en 1976, Vida e insólitas aventuras del soldado Ivan Chonkin. En Libros del Asteroide. Una editorial que no niega su vinculación planetaria con El Principito, y que desde la primavera de 2005 se ha propuesto divulgar "libros inéditos o recuperaciones de títulos no disponibles o descatalogados", con un "ritmo de publicación pausado" que facilite "otear el firmamento literario en busca de verdaderas estrellas".

Una de esas estrellas es Vladímir Voinóvich, nacido en 1932. Sirvió entre 1951 y 1955 en el Ejercito Rojo. En los años 60 se implicó en movimientos disidentes. Ayudó a la publicación de Vida y destino de Vasily Grossman, pasando de contrabando las películas del manuscrito fotografiado por Andrei Sajarov. Su habilidad para la sátira —dirigida contra la adulación, la corrupción, la pomposidad y el antisemitismo que dominaban la vida soviética— hizo de él uno de los escritores más populares de Rusia.

El relato comienza con la sorpresiva caída de un avión en un campo, y la decisión de que alguien tendrá que vigilarlo. Pero ¿quién? Chokin, un soldado bolchevique a lo Oliver Twist, dotado de un gran sentido común, que "se distinguía por su pequeña estatura, sus piernas zambas y el lastimoso aspecto de su guerrera estrujada por el cinto y su gorra de verano, de la que sobresalían unas orejas grandes y rojas". En la ejecución de la tarea encomendada emergerán la represión, el control mutuo y la ineficiente administración soviética. Una novela que comienza con necedades y acaba en lágrimas. Un auténtico tratado sobre la indigencia espiritual que rige los totalitarismos.

Para Vida e insólitas aventuras del soldado Iván Chonkin, Voinóvich reconoce que se dedicó a "reunir cuanto habia llegado a mis oídos sobre el asunto y añadir algún detalle de mi cosecha. La historia en cuestión me pareció tan amena que decidí exponerla por escrito". En ella la pervivencia del estalinismo y sus taras, que serán los grandes motivos de la obra de Voinóvich, la exposición satírica de las absurdidades diarias del régimen, o la caricatura de la burocracia serán el motor de la risa y el intolerable espejo ante el cual sitúa al regimen. Destacan varios capítulos en los que Voinóvich difumina el antagonismo entre el sueño y la vigilia. Los acontecimientos que acaecen durante el sueño nocturno llegan a ser tan verídicos como los hechos mismos de la realidad. El sistema comunista presentado como un sueño en el que puede ocurrir de todo.