martes, febrero 13, 2007

AMULYA y MALLADI

Hoy traemos a colación dos novelas mediocres. Y digo mediocres porque se espera mucho de ellas y luego no dan de sí, se quedan a medio gas. Dos novelas de ideas originales que al final no resultan.

LA ESTACIÓN DE LOS AROMAS

Editada por Grijalbo. Después de siete años en Estados Unidos Priya vuelve a la India por un tiempo. Para visitar a su familia y, sobre todo, para comunicarles que se va a casar con Nick, un americano. No será fácil, e incluso tendrá que pasar por un pelli-chupulu, un encuentro con un posible marido. Las tradiciones con respecto al matrimonio, y no sólo, siguen vigentes en su familia. Y las tradiciones no se cambian en una semana. Interesante la sorpresa final.

¿QUIERE SER MILLONARIO?

¿Quiere ser millonario? es un programa que en India reparte mil millones de rupias si eres capaz de conseguir responder las doce preguntas. Rama Mahoma Thomas, el concursante de hoy, nos contará una historia por cada una de las doce preguntas que consiguió responder. Historias críticas con la India, de picaresca y bajos fondos. Demasiado complicadas y crudas para ser verdad.

sábado, febrero 03, 2007

ESCUCHA MI VOZ

SUSANA TAMARO

sorprendió al mundo literario en 1994 con Donde el corazón te lleve, la historia de la peculiar relación entre una abuela y su nieta, narrada a través de unas cartas nunca enviadas. Doce años después aparece Escucha mi voz.

¿Secuela? Es posible, porque sigue siendo la nieta de Olga la que necesita perderse para encontrar lo que busca: el centro, el apoyo. Pero también comparación, porque si antes se plantearon las problemáticas del 68, ahora salen a flote las dudas del cambio de siglo: eutanasia, manipulación genética o procreación asistida.

La autora divide la novela en tres partes: Preludio, Genealogías y Raíces. Respectivamente la vuelta a Trieste de la nieta; el hallazgo, a la vez intelectual y experiencial, de sus progenitores; y el viaje de conversión a Israel. Tres partes en las que late un continuo espíritu de búsqueda. Una ininterrumpida investigación que, a través de las biografías de sus antepasados, culmina con el descubrimiento de la identidad personal.

El mosaico familiar que Tamaro nos presenta está compuesto por muchas piezas: sobre todo la abuela Olga, de la que su nieta no ha leído Donde el corazón te lleve; Ilaria, la madre, fallecida cuando ella tenía cuatro años, y de la que tan sólo ha visto fotos antiguas y recuerda escenas aleatorias de sueños y cuentos; Massimo, el padre, un nihilista, profesor de filosofía, del que averigua que aún vive; y el tío Gionata, que habita en un kibbutz en Haifa, alejado del mundanal ruido.

La protagonista conocerá, por la correspondencia y de viva voz, las marcas impresas en la tesela que cada uno de ellos es. Y las impresas en las teselas de los que con ellos convivieron. Marcas de rupturas, de dolorosas reflexiones frente al espejo, de anticonformismo. Esas huellas la herirán, pero también le servirán como bálsamo curativo. Una medicina que acelera el consumarse del proceso interior hasta el encuentro con la fe en la tierra de sus padres. Una reconciliación consigo misma y con sus raíces.

Escucha mi voz es pues una novela de indagación espiritual, un libro de preguntas, porque "es del hombre la capacidad de interrogarse". Hombres y mujeres en camino. Que peregrinan quizá por el mismo itinerario por el que transitó un día Susanna Tamaro. Guiados por la nostalgia, ese "deseo ardiente y doloroso de personas, lugares o cosas a los que se desearía volver", y con la "memoria como una caja negra" que registra las respuestas a la pregunta clave: "¿qué relación existe entre verdad y vida?".