miércoles, abril 18, 2007

BARRIO DE MARAVILLAS

ROSA CHACEL

Otras obras interesantes de Chacel son: Teresa (Mondadori); La Sinrazón (Bruguera); Memorias de Leticia Valle (Círculo de Lectores).

Hacer público el desconocimiento que sobre esta autora tenía no es quizá el mejor modo de comenzar una "crítica", pero seguro que en este caso se trata del modo más sincero de hacerlo. Y debo decir que he quedado asombrado.

Rosa Chacel auna en su prosa la sencillez en el modo y la profundidad en lo dicho con una facilidad que llega a ser insultante. Se permite de forma habitual repetir palabras en la misma frase como quien sabe que ha elegido bien el vocablo y no hay porqué cambiarlo: allí, en su casa, en la más grande, en la más grandiosa casa; se permite insinuar, no decir, y todo queda claro como la luz del sol; se permite opinar, discursear, moralizar, y sin embargo parecen susurros que soplados por unos finos labios entran a través de los oídos y se aposentan en nuestro cerebro.

La novela en si tiene algo de autobiográfico, de rememoración de tiempos pasados, de niñez y juventud. Son conocidas las calles, los gestos, la farmacia. Los libros que se citan han sido leídos, los teatros y los cines visitados, las personas tratadas y los sentimientos vividos. Nada escapa al control de la autora que, a la vez, mantiene todo ese mundo suyo en el umbral de lo irrealizable, por su belleza y su bienestar.

jueves, abril 12, 2007

UN ABRIL ENCANTADO

ELIZABETH VON ARNIM

(Sidney, 1866-1941). Condesa por matrimonio, fue una de las escritoras más leídas de principios del siglo XX.

Comenzó en un club de mujeres en Londres una tarde de febrero. Este libro es una pequeña demostración de lo agradables y preciosas que pueden ser las novelas psicológicas. Porque esta es una novela psicológica, es más, cuatro veces psicológica, pues son cuatro las protagonistas de una "escapada primaveral" desde su ciudad vital hasta lo que será su "paraíso".

Si la descripción psicológica del carácter de estas cuatro mujeres, sus intimidades, problemas, gustos y manías, sus deseos, intenciones, privaciones y sensibilidades, se van despejando con el transcurso del mes de abril, no menos interesante y variopintas son las descripciones del ambiente, la botánica y la metereología unidas en párrafos de gran belleza que alegran y enorgullecen cualquier lectura.

Es una comedia de enredo, deliciosa, donde la intriga y el humor fascinan tanto a las cuatro portagonistas como a los lectores. Donde los hombres, inevitablemente, acaban desempeñando su papel. Se lee con ternura y con una sonrisa.

Un libro que saca a relucir lo mejor de cada personaje, sin ambigüedades y con todo el descaro. Y que mejor que hablar del libro en abril.

miércoles, abril 04, 2007

PARIS NO SE ACABA NUNCA

ENRIQUE VILA-MATAS

París no se acaba nunca es el título del último capítulo del libro París era una fiesta de Hemingway. Con este motivo, el autor nos presenta una especie de diario en el que nos narra sus dos años de bohemio en París, cuando escribía su primera novela.

Personajes como el mismo Hemingway, Marguerite Dumas, Scott Fitzgerald y otros exiliados españoles recorren de bar en bar la vida de Vila-Matas, hombre que dentro de sus trastornos, y en ellos, procura encontrar las claves de la escritura y de la redacción.

La novela-diario se desarrolla en breves capítulos que le dan una agilidad insospechada; ademáses capaz de mantener la tensión con la posibilidad de culminar su novela y con la vuelta a Barcelona. La adornan detalles de su iniciación sentimental y de su educación en las ideas que estructuran toda mentalidad. Se trata pues de un viaje de aprendizaje que transcurre en el mundo aparente de los artistas en los años 70 y 80 en París, y que finaliza con la toma de conciencia de la necesidad del trabajo y del esfuerzo aún en este mundo.

Fuera ya del contexto de lo meramente narrativo, considero este libro como un logro en la tarea de fundir la literatura de calidad con el esparcimiento y la diversión. Sin necesidad de grandes creaciones, y envidiando sin duda la caricia de la diosa Fortuna que tuvo el autor en sus días parisinos, se nos transmite, con alegría y buen humor, las contradicciones y las trampas de un mundo que, sólo con su apariencia, no logra calmar las ansias más profundas de los que la habitan.